La broma de Meritxell y Adara por la noche

Meritxell y Adara hablando de la broma de la noche

A las 4:25 de la mañana del lunes, Adara y Meritxell se descalzan y van al dormitorio. Adara lleva una taza en la mano, dentro hay harina. Piensan hacer una broma a sus compañeros.

Miguel ha sospechado algo antes de acostarse porque ha dicho que las ha visto con una taza, que no sabía qué hacían con la taza pero que algo raro pasaba.

Cuando se acercan al dormitorio, ven que la luz sigue encendida, así que dejan la taza escondida en la cocina y siguen hacia el dormitorio. Se acuestan.Quieren esperar a que apagen la luz, pero no creo que apaguen la luz mientras susurren como siguen haciendo, a pesar de que Meritxell le pida al Súper que apague la luz.

 El caso es que Meritxell , que ha discutido con Alain porque siempre le está pinchando y está harto, decide ahora que es buena idea molestar a Alain mientras duerme haciéndole cosquillas en los brazos y cosas así. Parece que se les ha olvidado la otra "broma" que iban a hacer. Adara también se apunta. Alain se encabrona y les hace una peineta sin quitarse la almohada de la cara. Adara y Meritxell cada vez se ríen más alto. Clara se pone a se altera:

-Dejad de hacer el mongolo ya, o os vais al puto sofá a hacer el mongolo. Quiero dormir igual que todo el mundo, tronco -dice Clara, sin llamar a nadie mongolo directamente, pero llamándolas mongolas vaya.

Meritxell y Adara se acuestan, se tapan las caras con la manta y, lejos de mostrarse ofendidas porque Clara haya llamado mongolas, se descojonan de risa y no contestan.

Un minuto después, se siguen riendo. 

-¿Sois gilipollas o qué, tronco? Iros al salón, dice Clara que las mira perpleja y dice:

-¿Pero para qué os acostáis para hacer el gilipollas?  Iros al salón. Tronco, que queremos dormir, un poco de respeto -vuelve a pedir Clara más mosqueada.

Meritxell y Adara se siguen riendo pero no contestan.

-¿Tía, sois gilipollas o qué coño os pasa? Las dos se ríen. Siguen sincontestar. 

-Es que no apagan las luces por vuestra culpa -dice Clara, que no ha entendido que ya lo saben. 

Alain les dedica peinetas desde debajo de la almohada. Les dice que no con la mano. Las pega con un cojín rojo. Todo sin quitarse la almohada de la cabeza. Así que, en lugar de irse a dormir al sofá o de montar el pollo, Alain está reforzando el comportamiento errático-infantil de las muchachas, de manera que es su propia responsabilidad que luego Meritxell se comporte así con él.  Miguel se levanta y sale del dormitorio sin decir nada. Meritxell acaricia el brazo a Alain y cuchichea con Adara . Se siguen riendo. 

Más risas y más cuchicheos. Al final de los cuchicheos, deciden salir de la habitación. Clara sale detrás de ellas. Las intercepta en el baño y se produce una discusión en la que Clara les dice que si tienen 12 años o qué, que un poco de respeto. Adara , que se reía cuando Clara daba a entender que eran gilipollas y/o mongolas ("¿sois gilipollas o qué?", "haciendo el mongolo", etc), de pronto ahora se siente ofendida por dichos comentarios y dice que aquí la que no tiene respeto y educación es Clara y que como Clara es la primera en ir pidiendo un repeto y una educación que no tiene, es una falsa. Lo grita repetidas veces. Por su parte, Meritxell repite que era una broma con Alain y que tampoco es para ponerse así.Luego se gritan un rato y Clara se va.

Meritxell y Adara analizan la situación en el baño.

-A ver si no voy a poder hacer la broma que me de la gana a Alain -dice Meritxell , como si al principio de la noche no hubiese discutido con Alain precisamente porque Alain está hasta la bastilla de las bromas de Meritxell . Y como no está segura, luego dice:

-¿Tu no has visto a Alain que también se estaba riendo?

-Si, tía. Es que aquí hay que reírse cuando ellos quieran -grita Adara otra vez. 

Pero Meritxell sigue intranquila:

-¿Tú sientes que hayas hecho algo malo? Porque yo no, tía.

-No, tía.

 Cuando cortan al dormitorio ya son las cinco y Clara está tumbada en la cama a 115 pulsaciones contándole a Noelia lo que acaba de pasar. No entiende que gracia puede tener meterse en el dormitorio y no dejar dormir a las personas (a fin de cuentas, de eso trataba la broma: de no dejar dormir o de despertar a los demás internos). No entiende que no contesten a las preguntas y se limiten a reírse y a cubrirse con la manta. No entiende por qué ha caído en la provocación.